Y me he vuelto una cursi irremediable, de esas que solo piensan en frases para que su pareja se sienta, ya saben, admirado.
Y no me quejo ni me siento orgullosa, pero sin duda, algo he de confesar; mis mejores momentos de inspiración son cuando estoy encima de él, danzando lenta y ligeramente... suavecito.
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