miércoles, 26 de diciembre de 2012

Encuentro

Toca a mi puerta o habla por telefono o escribe un correo o en messenger o twitter, o todas las anteriores despues de años de no vernos ni saber el uno del otro. "Qué pretende!" me pregunto mientras leo sus pequeñas tres líneas de dialogo. "Aún te extraño, aún te quiero, ¡Hay que vernos!". Ya no se si reirme o ponerme a llorar de la conmoción, sin duda si que esta pasado de años. Algo en mi quiere contestar positivamente a su petición pero es por mera curiosidad. Suspiro sin poder evitar el acordarme de los momentos que compartimos juntos, en la cama, en las calles, en el amor. Estoy segura que él sabe que ahora comparto todo eso con alguien más y no se cuál sea su finalidad. Después de meditarlo, me comunico con él, me dice que ha estado bien, que su vida sigue igual, entre estudios y soledad. Le doy un resumen general de mis ultimos años, sin duda he avanzado más y ahora mis proyectos son más fijos que los de él. Por fin me explica que extraña demasiado mi cuerpo en su cama y me desea como nunca; suspiro aliviada al saber sus verdaderas intensiones y acepto la invitación. Nos encontramos en lugares ya conocidos por los dos, si que hemos cambiado. Cuando llegamos a la hora del hotel, mi cuerpo se estremece, lo hacemos como siempre, no siento lo mismo. Se nota en sus movimientos e ideas que él lo planeo demasiado. Al amanecer nos despedimos cotidianamente, de regreso a casa, solo puedo pensar en lo inutil de la situación y en lo feliz que soy con mi vida ahora, sin sombras del pasado. Sonrio, recibo un mensaje de agradecimiento y de deseos de volverlo a repetir, suspiro, lo elimino y sé que, el no volver a saber de él estará bien y que esta vez espero que ya no haya nadie que toque a mi puerta o hable por telefono o escriba un correo o en messenger o twitter, o todas las anteriores.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Triste

Hay algo que no se puede hacer ante las pérdidas: Llorar.

Él dice: No digas nada, no me interesa, no puedes arreglarlo.

Yo, sin gritar desconsolada aclaro que las intenciones de las situaciones no fueron las que resultaron, pero despues de todo, tal vez el no hacer nada para evitarlo pueda tomarse como un: ¡CULPABLE!

Y ¿Qué me queda?, solo recordar la tarde de placer, la noche de placer, la otra noche de medio placer.

Me voy resignada, no por que me sienta satisfecha, si por que no hay más qué hacer, diria Joaquin "No pido perdón, ¿para qué si me va a perdonar por que ya no le importa?"

Sin duda tener a ese hombre entre mis piernas ha sido de las cosas más satisfactorias que he tenido en la cama, y acariciar y besar cada uno de sus tatuajes y sus sabores... creo que ahora mi cuerpo esta llorando, no es por la estimulación de mis dedos, es por el recuerdo de esa tarde de placer, esa noche de placer, esa otra noche de medio placer que, a pesar de los intentos, no volveran.