Hay algo que no se puede hacer ante las pérdidas: Llorar.
Él dice: No digas nada, no me interesa, no puedes arreglarlo.
Yo, sin gritar desconsolada aclaro que las intenciones de las situaciones no fueron las que resultaron, pero despues de todo, tal vez el no hacer nada para evitarlo pueda tomarse como un: ¡CULPABLE!
Y ¿Qué me queda?, solo recordar la tarde de placer, la noche de placer, la otra noche de medio placer.
Me voy resignada, no por que me sienta satisfecha, si por que no hay más qué hacer, diria Joaquin "No pido perdón, ¿para qué si me va a perdonar por que ya no le importa?"
Sin duda tener a ese hombre entre mis piernas ha sido de las cosas más satisfactorias que he tenido en la cama, y acariciar y besar cada uno de sus tatuajes y sus sabores... creo que ahora mi cuerpo esta llorando, no es por la estimulación de mis dedos, es por el recuerdo de esa tarde de placer, esa noche de placer, esa otra noche de medio placer que, a pesar de los intentos, no volveran.
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